El fin de semana del 14,15 y 16 de octubre tuvo lugar tras tres años sin convocarse el Encuentro de Jóvenes Estatal de la Red Creando Futuro en Rivas, Madrid.
Al fin hemos podido abrazarnos, reír, reflexionar, jugar y convivir a lo largo del fin de semana retomando lo que en nuestro itinerario es un hito imprescindible para entender el proceso de aprendizaje de educación para la participación. Este ha sido un encuentro íntimo, ya que la pandemia pasó factura a estos espacios de reunión, pero ha sido contundente. Algunos de los objetivos cómo son reforzar, visibilizar, poner en común, inspirar y establecer lazos entre las personas participantes se han cumplido con creces. Nos han contado sus procesos grupales que son cómo las propias personas y contextos, diversos y heterogéneos. Son personas concienciadas con sus realidades locales, en las que proponen y disponen actividades intergeneracionales, visitas a las personas mayores, alfabetización digital, participan en consejos de salud comarcales, en revistas y publicaciones divulgativas sobre salud, o colaboraciones con asociaciones culturales, forman parte de los encuentros de asociaciones o limpiezas medioambientales. Sobres sus recorridos formativos se quedan con las sesiones de género, interculturalidad y exclusión social de forma mayoritaria y piden más espacios de encuentro, ya que son muy conscientes de que les favorece la seguridad en ellas mismas y la confianza, además de la satisfacción de comenzar a transformar sus realidades sintiéndose parte de la comunidad y sobre todo de su propio grupo.
Y cómo espacio preparatorio al estatal y el primer fin de semana de Octubre los tres grupos de participación de Asturias se juntaron a trabajar una sesión de interculturalidad en el municipio de Grandas de Salime, aprovechando para poner en común sus visiones e inquietudes y aprovechando para conocerse mejor jóvenes con realidades de contextos rurales diferentes, como son sus localidades, Boal, Navia y Vegadeo. Este espacio fue vital para ganar seguridad y entrenamiento de cara al espacio estatal de convivencia y también para generar un espacio joven propio, que esperamos que continúe en sus segundas fase aportándoles herramientas y estrategias para dar respuesta a sus inquietudes comunitarias. Siempre anclándonos en las tres importantes patas de la participación, saber, querer y poder y en nuestro caso siendo conscientes de que los vínculos y el apego son esenciales para que posteriormente sean autónomas.