Cuando una persona se plantea cambiar su residencia y, probablemente, su estilo de vida, para irse a vivir a una zona rural, es interesante ver este cambio como un proceso, bastante largo, que tiene varias fases. A lo largo de estas páginas queremos reflexionar, contigo, sobre este proceso.
Queremos abordar, para arrancar esta reflexión, una cuestión que nos parece de vital importancia a la hora de iniciar un proceso de traslado al medio rural: el pueblo es un buen lugar al que trasladarse si tenemos claro que lo que buscamos es una vida de pueblo, con todo lo que ello conlleva: más contacto con la naturaleza, más posibilidades de establecer relaciones personales, menos anonimato, menos estímulos materiales, más oportunidades de conexión con una misma, menos oportunidades socioculturales, o quizá, sencillamente más lejanía de las mismas, más necesidad de llegar a acuerdos y cooperar con otras personas,… Si no tenemos claro todos estos pros y contras, y los asumimos todos por igual , con toda probabilidad, los contras tomarán más espacio y la vida en el pueblo se puede llegar a hacer insoportable.

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