La visión de un voluntario
Publicado el 05-05-2015
“Ser voluntario me aporta experiencia, madurez personal y diversión”
El veigueño Modesto Bermúdez García cumplirá este verano su segundo año como voluntario de Fundación Edes, una experiencia que le ha ayudado a madurar como persona y a cambiar sus prioridades. Este maestro de 22 años está volcado en sus primeras oposiciones, quehacer que comparte con su participación en el programa de voluntariado.
¿Cómo conociste la Fundación?
Hace tres años hice un curso de monitor de ocio y tiempo libre y nos llevaron a visitar el centro, después lo elegí para hacer mis prácticas, en concreto en el centro de ocio de verano. Mis prácticas de Magisterio las había hecho en el colegio Jovellanos donde había un alumno con discapacidad y me frustraba un poco no saber cómo ayudarle y en parte también por eso decidí hacer las prácticas en Edes.
¿Cómo recuerdas esa primera experiencia?
Desde el primer día recibí un recibimiento muy bueno, tanto por los trabajadores, como por los chicos y chicas. Me sentí muy a gusto. La experiencia me cambió mucho la mentalidad y decidí conocer más el proyecto, que me enganchó desde el principio, sobre todo por la gente. Así que al acabar las prácticas el cuerpo me pedía seguir porque me había picado el gusanillo y el voluntariado era una buena opción.
¿Qué te aporta ser voluntario?
Sobre todo experiencia, pero también madurez personal y diversión. Es un aprendizaje continuo. Antes no me preocupaban problemas sociales que ahora sí que me preocupan y así aporto mi granito de arena.
¿Cómo animarías a alguien a hacerse voluntario?
Lo primero que hace falta es que las personas muestren iniciativa propia para convertirse en voluntarias. Una motivación puede ser la de sentirse útil y también la de aprender. Creo que si quieres cambiar la sociedad, hay que contribuir con pequeños gestos.
¿Qué papel consideras que tiene Edes en la comarca?
Es una referencia, pero no solo en discapacidad sino también en participación social. Es alucinante todo lo que hace por la comarca. La capacidad de congregar a tanta gente como tiene la cena baile lo dice todo. Por eso creo que las administraciones deberían valorar más el trabajo que la entidad hace por la comarca y reconocerlo con más respaldo económico.