Julia González Riopedre, de Vegadeo, en su segundo año como voluntaria en la Fundación Edes. 

¿Cómo llegaste a Edes y en qué consiste tu acción voluntaria? 

Llegue por una persona que trabajaba allí. Me comentó que había un programa de voluntariado en el que se sale con los chicos y chicas del colegio un sábado al mes y se hacen diferentes actividades por la zona. 

¿Qué conocimiento previo tenías de la entidad? 

Conocía Edes antes de la pandemia por las cenas bailes, pero no conocía sus funciones hasta que comencé este voluntariado. 

¿Qué es para ti el voluntariado? 

Es un compromiso, en el que tú decides libremente participar. Además, es una forma de aprendizaje, que te puede aportar distintas experiencias. 

¿Cómo recuerdas esa primera experiencia? 

Aparte de con muchos nervios, porque era la primera vez que era voluntaria, la recuerdo superpositiva porque los y las chicas hicieron muy fácil que encajara en el grupo. Fuimos a comer y al cine a Ribadeo. Recuerdo que llegué a casa y ya tenía ganas de volver porque la verdad que pasé un rato superagradable. 

¿Cómo afrontas tu segundo año como voluntaria? 

Con muchas ganas. Ganas de empezar a planificar las actividades, pero sobre todo con ganas de empezar a pasar esos ratos con ellos y ellas. 

¿Qué te aporta ser voluntaria? 

Satisfacción, sobre todo cuando hacemos actividades que les gustan a los chicos y chicas, y pueden disfrutarlas al máximo, ya que es nuestro principal objetivo.