Número 50
Publicado el 06-04-2016
Gema García y Pepe Martínez son los padres de Nazaret, una boalesa de 20 años que este curso termina su formación en el colegio Edes. Aunque su madre se dio cuenta desde muy niña de que Nazaret no era como los demás, no fue hasta los 15 años cuando escuchó la palabra discapacidad y recibió un diagnóstico. Los comienzos en Edes no fueron sencillos, pero ahora esta familia está satisfecha y muy agradecida por el cambio que ha experimentado su hija.
-¿Cuándo notasteis que algo pasaba?
-GEMA: Yo desde siempre vi que Nazaret era diferente, pero me decían que era cosa mía que la comparaba con su hermana melliza. Desde que empezó el colegio a los 3 años los problemas de conducta y comportamiento fueron una constate. Era empezar el curso y a los dos días ya me llamaban para una reunión. Tenía cambios de temperamento muy bruscos y el problema fue aumentando con los años. La convivencia en casa era un infierno.
-¿Y qué os decían los profesionales?
-GEMA: Que era un problema de conducta y nos daban pautas para actuar en casa. Desde los 6 años fuimos a psicólogos pero nadie le detectó nada hasta los 15, cuando una orientadora del colegio de Boal nos dijo que sí que veía algún problema y vino un equipo de valoración de Oviedo a verla. En el momento se te cae el mundo a los pies pero luego fue una salvación. Nos plantearon una escolarización combinada entre el colegio de Boal y Edes y así empezó aquí.
-¿Y qué tal le fue al principio en Edes?
-GEMA. Fue horroroso. Le costó casi dos años adaptarse y empezar a venir a gusto.
-PEPE. Aquí tuvieron mucho aguante con ella, yo pensaba que o marchaba o la echaban. Pero con el tiempo pasó de no querer pronunciar Edes a tener problemas si por algún motivo no puede venir. Ahora está encantada.
-¿En qué ha cambiado?
-GEMA. En todo, pero especialmente en que aprendió a controlarse muchísimo. Ahora es muy raro que se enfade y si lo hace sabe controlar.
-PEPE. Nadie creía que pudiera cambiar tanto. La pena es que en vez de ser a los 15 no hubiera venido mucho antes, pues así le hubiera costado mucho menos la adaptación.
-¿Cómo veis su futuro?
-GEMA. Me gustaría verla trabajando, en casa desde luego no la quiero. Yo creo que va a poder conseguirlo pues en el programa de prácticas en empresas le va muy bien.
-¿Qué diríais a otros padres?
-GEMA. A mí me impresionó mucho el colegio la primera vez que vine, pero ahora estoy muy contenta y la experiencia fue muy buena. Les diría que no pierdan de venir y ahora, cada vez que tengo ocasión, hablo del colegio a todo el mundo.
-PEPE. Dios nos libre que cierre Edes. Estos centros deberían recibir más apoyo porque nos dan la vida. Las administraciones no entienden su importancia y la necesidad de recursos que tienen, en realidad son centros que no les resultan rentables.