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El voluntariado es una experiencia que te cambia la vida

Publicado el 17-04-2019

La italiana Nadia Rondino cambió durante nueve meses la ciudad de Trieste, en la que reside, por la capital franquina, para participar como voluntaria en el proyecto “Vida independiente”, de Fundación Edes. Esta joven de 25 años, graduada en Trabajo Social y con un máster a su espalda en interculturalidad y migración, realiza un balance más que positivo de su estancia en la comarca occidental.

 

- ¿Cómo fue la experiencia?

 

-Fue una experiencia enriquecedora a través de la cual aprendí a tener otra mirada hacia el mundo de la discapacidad. 

 

-¿Habías sido antes voluntaria?

-No, de vez en cuando había participado de manera voluntaria en algunas actividades sociales, pero nunca hice un voluntariado de manera continua y tampoco había trabajado antes con personas con discapacidad.

 

-¿Qué aporta el voluntariado internacional?

 

-Aporta valores interculturales y de igualdad. Permite al voluntario desarrollar un sentimiento de familiaridad en un país extranjero donde, a pesar de las diferencias culturales y lingüísticas, se aprende a comunicar de diferentes formas, destruyendo aquellas barreras que al principio parecen insuperables. Además, permite mejorar el idioma y crecer, tanto a nivel personal como profesional. El voluntariado europeo es un gran desafío personal porque te hace salir de la zona de confort para iniciar una experiencia en un país donde el idioma y las costumbres no son las tuyas. Al mismo tiempo, permite reflexionar sobre las fortalezas y debilidades personales para que éstas se vuelvan también habilidades personales.   

 

- ¿Qué te animó a aceptar la propuesta de Fundación Edes?

-Desde siempre quise hacer un voluntariado, sobre todo cuando empecé la carrera de Trabajo social porque creo que es una experiencia que puede añadir mucho, tanto a nivel personal como profesional. Cuando empecé la búsqueda de un proyecto, uno de los requisitos más importantes para mí era localizar un programa relacionado con mis estudios. Ya en la primera entrevista con Irma me dio buena impresión y mostró buena disposición.

 

-¿En qué ha consistido tu labor en el piso?

-Desempeñé la función de apoyo natural para los chicos del piso, o sea, me ocupé principalmente de asegurar las condiciones básicas para la convivencia y la gestión económica; coordinarme constantemente con la entidad y también velar para que este modelo tuviera una buena acogida en el pueblo y entre las personas que lo disfrutan. Además, ayudé a los chicos en la planificación del tiempo libre para que pudieran aprovechar todo lo que nos ofrece el entorno. 

 

-¿Qué has aprendido?

-Es muy difícil dar una respuesta a esa pregunta, pero creo que lo más importante que aprendí a nivel personal es que ahora tengo una mirada más allá de lo que es la discapacidad.

 

-¿Qué ha sido lo más fácil y lo más difícil de este tiempo en Asturias?

-Lo más difícil fue la convivencia con los chicos, porque al principio no lograba desconectar totalmente durante mi tiempo libre. Lo más fácil fue relacionarme con la gente en general porque soy una persona bastante extrovertida.

 

-¿Recomendarías la experiencia?

-Sí, absolutamente. Es una experiencia que te cambia la vida. El voluntariado enseña valores que no se podrían aprender en la universidad. Encima, si se desarrolla en un país extranjero, se tiene la oportunidad de poder mejorar un idioma, conocer nueva gente y viajar. El voluntariado en la Fundación Edes me hizo mejor persona y me llenó el corazón de amor verdadero.