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La visión de cuatro voluntarias

Publicado el 02-07-2012

"Nuevas caras en el programa de ocio". 

Queremos presentaros a las nuevas voluntarias que se han incorporado al programa de Ocio y tiempo libre y para ello preparamos esta particular entrevista a cuatro voces. Son las castropolenses Vanesa Fernández (V. F.) y Jennifer González (J. G.), la tapiega Rebeca Lamelas (R. L.) y la valdesana Tania Suárez (T. S.). Las cuatro coinciden en destacar lo mucho que han aprendido en sus primeros meses en el programa de voluntariado y animan a todo el mundo a probar la experiencia y perder el miedo porque, como dice Tania Suárez, es algo que "engancha".

¿Por qué os hicisteis voluntarias?
V. F. Porque tenía ganas de compartir experiencias y además de pasar ratos agradables con gente que, como consideraba al principio, "era diferente a mí". Veía en el voluntariado una manera, no sólo de ayudar a los chicos, sino de ayudarnos mutuamente.
R. L. Porque siempre me he sentido atraída por ayudar a los demás. Además era una oportunidad de ocupar mi tiempo en una actividad "diferente" y que estaba segura de que me ayudaría a crecer como persona y ser mejor. Hasta que descubrí que de ayudar yo nada, son ellos los que me ayudaron y me enseñaron cosas que pensé que ya sabía.
J. G. Llevaba unos años queriendo hacerme voluntaria, pero como era joven no podía hacer el voluntariado que quería. Al igual que a mis compañeras me gusta mucho ayudar a los demás, y poder ofrecerles todo lo mejor de mí. No di el paso antes porque no sabía qué tenía que hacer.
T. S. Hacía ya tiempo que quería ser voluntaria, aproveché que el verano pasado tenía tiempo libre y me apunté. Me gustó la experiencia y por eso sigo aquí y espero que sea por mucho tiempo. La verdad es que no he podido elegir un sitio mejor, estoy muy contenta con todas las personas que he conocido en Edes.

¿Qué es lo que habéis aprendido en este tiempo?
V. F. He aprendido infinidad de cosas. Sobre todo como soy como persona, cuáles son mis límites, mis defectos y bueno... alguna virtud. He aprendido que "con poco se hace mucho".
R. L. A vivir, simple y llanamente. No hay problema que no puedas solucionar, los defectos no son tan importantes como las virtudes, y la discapacidad es una lente desde la que se decide mirar según que situaciones.
J. C. He aprendido muchísimo, más de lo que me esperaba. He crecido como persona, he madurado y gané confianza en mí misma. El hacerme voluntaria me ha enseñado a ver el lado positivo de todo lo que ocurre.
T. S. He aprendido que con poco se puede hacer mucho y que muchas veces las ganas y la ilusión hacen posible hacer muchas más cosas que cualquier recurso material. También que hay muchas formas de aprender y multitud de puntos de vista diferentes.

Lo mejor de ser voluntaria es...
V. F. La alegría y la satisfacción que te da cada vez que realizas una actividad con los chicos ver lo bien que se lo pasan y que te lo pasas tú.
R. L. La satisfacción de aprender día a día algo nuevo. El dejarte llevar por ellos, y descubrir que los muros no son muros si aprendes a saltarlos.
J. G. Que siempre tengan un beso para darte, un piropo que echarte o una sonrisa que sacarte, que en la mayor parte de las veces, deriva en una gran carcajada. Te ayuda a evadirte del mundo de tu alrededor, es una labor que te reconforta y que ayuda mucho.
T. S. Para mí lo mejor es poder contribuir a la solución de las necesidades sociales más cercanas con muy poco, y como resultado ver las caras de ilusión de los chicos con los que compartes tu tiempo.