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Número 2018

Publicado el 18-12-2018

El programa en el cual jóvenes con diversidad funcional conviven con una persona de apoyo, entra en su última fase.

 

Este proyecto es un paso más en la historia de los servicios que ha puesto en marcha la Fundación Edes para contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad en la comarca. 

Se comenzó en 1992 con el Centro de Educación Especial concertado con la Consejería de Educación, posteriormente se pusieron en marcha la Unidad de Atención Infantil Temprana, el Servicio de Participación, Ocio y Tiempo Libre; el Centro de Voluntariado  y Participación Social,  el Servicio de Apoyo y Conciliación Familiar; y el de Formación para el Empleo al que siguieron  el Centro Especial de Empleo  Finca El Cabillón y el Empleo con Apoyo.

Pero a medida que las personas con discapacidad se hacen adultas, se abre un reto en relación a la autonomía personal y la incorporación socio- laboral. Ante el vacío en la comarca en relación a proyectos que posibiliten la vida independiente de las personas con necesidades de apoyo en procesos de inserción laboral, así como favorecer una vida más autónoma y autogestionada, la Fundación Edes empieza a dar los primeros pasos en 2015 para poner en marcha un proyecto piloto de vivienda compartida.

En un inicio se comenzó con formación, trabajando aspectos relacionados con las habilidades sociales, de autonomía personal, de autorregulación y para la vida independiente. Paralelamente se dan los pasos para buscar la vivienda, la financiación, y equiparla. Posteriormente y en base a criterios de distancia de los enclaves de empleo o las necesidades personales y del contexto familiar, se seleccionaron los cuatro jóvenes candidatos, dos hombres y dos mujeres. Eran personas que participaban en el Servicio de Empleo y Formación, a las que se unió una persona voluntaria como apoyo en la convivencia diaria y un profesional de la Fundación Edes para acompañar todo el proceso: planificación diaria, formación, convivencia del piso, seguimiento del avance en los objetivos individuales…

Y así, poco a poco llegó la hora de poner en práctica los conocimientos con la entrada en la vivienda el 16 de noviembre de 2016. Desde ese momento han participado en el proyecto un total de 5 personas y han colaborado 4 personas voluntarias de apoyo, dos de ellas a través del Servicio de Voluntariado Europeo.

Con este proyecto se propiciado un espacio de entrenamiento para la vida independiente; mantenimiento del hogar, limpieza, abastecimiento, alimentación, gestión económica, convivencia, etc. Para ello las diferentes tareas a realizar en el piso se repartían  semanalmente, propiciando que todos los participantes realicen las diferentes tareas que requiere un hogar y colaboren entre ellos desde el apoyo mutuo según habilidades personales.

Los avances logrados por los participantes han permitido que tanto la persona de apoyo como el profesional de la Fundación Edes reduzcan paulatinamente su intervención directa a medida que se iban adquiriendo mayores conocimientos en aspectos como los hábitos de limpieza doméstica, las compras para el abastecimiento, la elaboración de las comidas… Así llegamos al momento actual en el que dos de las personas participantes darán un paso hacia la convivencia más autónoma, en coordinación con el Servicio de Ayuda a Domicilio de Servicios Sociales Municipales del Ayuntamiento de El Franco y la Fundación Edes.

Para la puesta en marcha de este proyecto se ha contado con la colaboración de Vipasa, que a través de un convenio que está a punto de finalizar en diciembre de 2018, cedió dos viviendas para este proceso de dos años. También ha sido muy importante la participación de 4 personas de apoyo en diferentes fases del proyecto, de las cuales dos  fueron jóvenes de la comarca que demostraron una vez más la capacidad de implicación altruista y solidaria de la juventud de la zona en proyectos sociales, y otras dos personas que participaron en el proyecto a través del Servicio de Voluntariado Europeo, en el que Fundación Edes colabora como entidad de envío y acogida de personas voluntarias.

La experiencia de estos dos años es muy positiva, dando claro ejemplo de la importancia de seguir generando oportunidades que potencien un desarrollo personal más integral e inclusivo.